El desembarco de Carlos V en Laredo es una fiesta que recrea el histórico paso del Emperador por las playas de La Salvé antes de retirarse al Monasterio de Yuste en donde decide pasar sus últimos días de vida. Dicho itinerario también es recreado en octubre, en él, se enlazan tierras cántabras, vascas, castellanas y extremeñas. Su paso por la localidad cántabra se recrea el tercer fin de semana del mes de septiembre. Durante las populares fiestas de Laredo, la población se traslada a la época de 1556 vistiéndose a la usanza y realizando actividades típicas del periodo medieval.

La fiesta del Desembarco de Carlos V en Laredo inicia el jueves con la apertura del mercado imperial de artesanos, ese día también se programan espectáculos de títeres en la Alameda Miramar, fuegos pirotécnicos y se premia al ganador de la tapa imperial. El día viernes el mercado medieval abre sus puertas. En la Alameda Miramar se organiza un espectáculo de cuentacuentos, luego, se recrea el Desembarco de Carlos V. Para dicha recreación se dispone de un imponente palenque en las playas de La Salvé. Mientras el emperador llega un grupo de artistas desfilan frente a los cientos de espectadores haciendo sus mejores galas con sus actos. Una hora más tarde se organiza la multitudinaria cena imperial en el Túnel de La Soledad, con un delicioso menú a la usanza.

El sábado al mediodía Carlos V y su séquito realizan un desfile por la villa. Al despuntar el día se recrea el desembarco de las hermanas del emperador y se organiza un torneo de época en El Palenque, en cual los caballeros se miden en fuerza, puntería y agilidad.

Las fiestas de Laredo se despiden el día domingo con la degustación de la tapa ganadora por parte del emperador. Horas más tardes los niños desfilan con sus trajes renacentistas y en la Alameda Miramar se organiza un espectáculo de títeres. El Desembarco de Carlos V en Laredo finaliza con la despedida del emperador en la plaza Cachupín.