Feria de Benagalbón en Rincón de la Victoria
Tradición y Devoción en Honor a la Candelaria
En el corazón de la Axarquía, a escasos kilómetros del bullicio de la costa, Benagalbón se erige como un guardián de las tradiciones más arraigadas. Mientras que la mayoría de los pueblos malagueños reservan sus grandes festejos para el verano, este pequeño y pintoresco rincón del municipio de Rincón de la Victoria celebra su fiesta mayor en pleno mes de febrero. No es una feria de grandes casetas ni de bullicio nocturno desmedido, sino una celebración con alma, un evento que destila devoción, historia y un innegable sabor a pueblo. Hablamos de la Feria Patronal en honor a Nuestra Señora de la Candelaria, un encuentro donde la fe y el folclore se entrelazan para ofrecer una experiencia festiva única en la provincia. Es el momento perfecto para descubrir la calidez de su gente, la sencillez de sus costumbres y la profunda conexión de la comunidad con su patrona.
La festividad de la Candelaria en Benagalbón es una joya para el viajero que busca la autenticidad. Los días de la fiesta, las calles se llenan de un aroma a incienso y a leña quemada, y las notas de las coplas y los fandangos se mezclan con el murmullo de las oraciones. El ambiente es íntimo y familiar, un reflejo del carácter de este pueblo que ha sabido conservar su identidad a lo largo del tiempo. Esta guía te invita a adentrarte en el corazón de la fiesta, a conocer su historia, sus rituales y sus rincones más especiales. Prepárate para vivir una experiencia genuina, alejada de los grandes circuitos, y para entender por qué esta fiesta patronal es uno de los tesoros mejor guardados de la Axarquía malagueña. Si buscas una guía completa para visitar una feria con historia, fe y un encanto inigualable, has llegado al lugar correcto.
Raíces históricas de la devoción a La Candelaria en Benagalbón
La devoción a Nuestra Señora de la Candelaria en Benagalbón tiene un origen que se hunde en las profundidades del calendario religioso. La festividad, que se celebra universalmente el día de la Presentación de Jesús en el Templo y de la Purificación de la Virgen, se conoce popularmente como el Día de la Candelaria, en referencia a las velas o «candelas» que se encienden durante la liturgia. En este pequeño pueblo de la provincia de Málaga, la veneración a la Virgen adquirió una importancia particular con el tiempo, convirtiéndola en la patrona y protectora de la localidad. La historia de la fiesta está ligada a la comunidad agrícola y rural que, durante siglos, encontró en la figura de la Virgen un refugio para sus esperanzas y un símbolo de protección para sus cosechas y para la vida de sus gentes.
En sus inicios, la celebración se limitaba a los actos litúrgicos en la parroquia, con una misa solemne y la tradicional bendición de las velas. Sin embargo, con el paso de los años, el fervor popular se desbordó y la fiesta religiosa se fusionó con las costumbres sociales y el folclore. La procesión de la Virgen por las calles del pueblo se convirtió en un acto central, y la gente comenzó a celebrar la festividad con música, bailes y comidas comunitarias. Este crecimiento de la fiesta no fue espontáneo, sino el resultado del esfuerzo y el orgullo de la comunidad por su patrona y sus tradiciones. La Feria de Benagalbón, en honor a la Candelaria, se ha mantenido viva gracias al compromiso de sus vecinos y de la hermandad, que han trabajado incansablemente para preservar sus rituales y para transmitir el significado de la fiesta a las nuevas generaciones. Es un testimonio de cómo la devoción y la tradición pueden ir de la mano, creando una celebración que, a pesar de su sencillez, tiene un profundo significado para todos los que la viven. Su pasado, anclado en la fe y en la vida del campo, es el cimiento de una festividad que continúa evolucionando sin perder su auténtica esencia.
El vibrante programa festivo: De actos religiosos a folclore popular
El programa de la Feria de la Candelaria es una mezcla cuidadosamente orquestada de devoción, tradición y alegría popular. La festividad se concentra en varios días, siendo el más importante la jornada principal en el mes de febrero. El día arranca con la solemne misa en la iglesia local. Este acto litúrgico es el corazón espiritual de la fiesta, un momento de recogimiento donde los fieles se congregan para orar y honrar a la patrona. Una de las tradiciones más emblemáticas que se realiza en este acto es la bendición de las velas, una costumbre que simboliza la luz de Cristo y la purificación de la Virgen, y que le da nombre a toda la celebración. Los asistentes sostienen sus velas encendidas, creando una atmósfera de profunda solemnidad y belleza que no deja indiferente a nadie.
Tras la ceremonia religiosa, la celebración se traslada a las calles de Benagalbón. La esperada procesión de Nuestra Señora de la Candelaria es el momento culminante. La imagen de la patrona, adornada con flores y velas, es sacada de la iglesia a hombros de sus portadores. La procesión recorre las calles del pueblo, acompañada por el sonido de las campanas, la banda de música y los cánticos de los devotos. Los vecinos se asoman a sus balcones para ver el paso de la Virgen, arrojando pétalos de flores a su paso en un gesto de amor y gratitud. Esta procesión es un desfile de fe y tradición que une a la comunidad. Pero la Feria de Benagalbón no se detiene en la liturgia. El programa festivo se completa con una serie de actividades de ocio y cultura. En la plaza principal del pueblo, se instalan un pequeño recinto ferial y un escenario para actuaciones musicales. El folclore local, con grupos de pandas de verdiales y bandas de música, se convierte en el gran protagonista. La gente baila, canta y disfruta de la comida y la bebida en un ambiente de hermandad. También se organizan actividades para los más pequeños, con juegos y atracciones que aseguran la diversión de toda la familia. El programa de la Feria de la Candelaria es, en definitiva, una agenda completa que honra el pasado y celebra la vida, una festividad que nos recuerda que la fe y la alegría son dos caras de la misma moneda.
Momentos cumbre de la festividad: Lo que no te puedes perder
La Feria de la Candelaria, a pesar de su carácter íntimo, está repleta de momentos que capturan la esencia de la fiesta y que son imprescindibles para cualquier visitante. La procesión de las velas es, sin duda, uno de los más especiales. Al caer la tarde del día principal, las luces del pueblo se atenúan, y un río de pequeñas llamas ilumina las calles. Cada participante, ya sea devoto o visitante, porta una vela encendida en sus manos, acompañando a la imagen de la Virgen en su recorrido. El espectáculo es visualmente impresionante y espiritualmente conmovedor, creando una atmósfera mágica de unidad y devoción. Este ritual es una metáfora de la fe que ilumina el camino, y su belleza es un testimonio del poder de la tradición para unir a una comunidad entera. Es un momento de silencio y de profunda conexión, un contraste fascinante con el ambiente más festivo de la feria.
Otro de los momentos más esperados es el baile de las pandas de verdiales. Este es el folclore más genuino de la región, una manifestación musical y de baile que es Patrimonio Inmaterial de Andalucía. Las pandas, compuestas por músicos y bailadores ataviados con trajes tradicionales, se congregan en la plaza para ofrecer un espectáculo de energía y pasión. El sonido de los violines, guitarras, panderos y platillos se mezcla con el zapateo de los bailaores, creando una atmósfera de pura alegría y autenticidad. Los verdiales son un reflejo del alma rural de la Axarquía, y verlos en vivo en el corazón de la fiesta de su pueblo es una experiencia que te transporta en el tiempo. Para muchos locales y visitantes, este es el auténtico punto culminante de la Feria de Benagalbón.
Finalmente, la gastronomía juega un papel fundamental. Aunque el clima de febrero es fresco, la feria lo combate con platos y bebidas que calientan el alma. Los bares y las casetas se llenan con el aroma de los guisos tradicionales y los platos típicos de la temporada. Es un momento para disfrutar del buen yantar, para compartir mesas con amigos y familiares y para saborear la cocina de la tierra. La Feria de la Candelaria es una experiencia multisensorial, donde la vista, el oído y el gusto se ven satisfechos por completo, y donde la calidez humana de la gente de Benagalbón te hace sentir parte de la familia. Estos momentos, llenos de tradición, sabor y emoción, son el verdadero corazón de la fiesta, los recuerdos que te llevarás de vuelta a casa y la razón por la que querrás volver.
Recorriendo el alma de la fiesta: Escenarios y ambiente
La Feria de la Candelaria se vive en varios escenarios que, aunque cercanos, tienen ambientes muy diferentes. El epicentro de la devoción es la parroquia local, donde se celebran los actos religiosos. Dentro de sus muros, el ambiente es de profunda solemnidad. El incienso, el silencio respetuoso y las oraciones son los protagonistas, creando un refugio de paz que contrasta con el bullicio de la calle. Es en este templo donde la historia de la devoción a la Virgen de la Candelaria se siente con más fuerza, y donde los visitantes pueden apreciar la profundidad de la fe de los lugareños.
Una vez fuera de la iglesia, la fiesta se extiende por las calles del pueblo. Durante la procesión, la atmósfera se llena de una mezcla única de solemnidad y júbilo. Los balcones se engalanan, las flores alfombran el camino, y la gente se agolpa en las aceras, con velas encendidas en la mano y la mirada puesta en la imagen de la Virgen. El ambiente es íntimo y personal, lejos de las grandes aglomeraciones de otras ferias. Se puede sentir la conexión de cada persona con la procesión, el murmullo de las oraciones y el brillo de las lágrimas de emoción. Por otro lado, la plaza principal de Benagalbón se convierte en el centro neurálgico del folclore y la convivencia. Es en este espacio donde se instalan las casetas, que son el alma social de la fiesta. El ambiente es alegre, con música en vivo y gente bailando y riendo en un ambiente de fraternidad. Las familias se sientan en las terrazas y disfrutan del buen tiempo, mientras que los más jóvenes se reúnen para charlar y socializar. El ambiente festivo de la Feria de la Candelaria en Benagalbón es un reflejo de su carácter, un lugar donde la devoción religiosa no está reñida con la alegría de la celebración, y donde el pueblo se une para honrar sus tradiciones de la manera más auténtica y humana posible.
Peculiaridades y costumbres que hacen única a la Candelaria
La Feria de la Candelaria de Benagalbón es una celebración que destaca por su singularidad. Una de las tradiciones más peculiares es la llamada «procesión de las velas» que, a diferencia de otras festividades, es una procesión nocturna. La oscuridad del cielo de febrero se ilumina con la luz de miles de pequeñas velas que los fieles llevan en sus manos, creando un espectáculo visual y espiritual inolvidable. Esta costumbre no solo tiene un significado religioso profundo, sino que también sirve para unificar a la comunidad en un acto de fe compartido. La procesión de las velas es un símbolo de la luz que la Virgen de la Candelaria representa para el pueblo de Benagalbón, un faro de esperanza en la oscuridad.
Otra costumbre arraigada es la bendición de los animales. En algunas ocasiones, los lugareños se acercan con sus mascotas y animales de granja a la iglesia para que sean bendecidos por el sacerdote. Esta tradición, que se remonta a los orígenes rurales de la festividad, es una muestra de la conexión del pueblo con la tierra y con la vida en el campo. Es una forma de agradecer a la patrona la protección de sus animales y de las cosechas. El folclore es, por supuesto, una parte intrínseca de la fiesta. La participación de las pandas de verdiales no es solo un acto cultural, sino una forma de mantener viva una tradición que ha sido transmitida de generación en generación. La música de los verdiales es el latido del pueblo, y escucharla en la plaza principal de Benagalbón es una experiencia que te transporta en el tiempo. Finalmente, el carácter familiar de la feria es una de sus mayores peculiaridades. A diferencia de otras ferias, la de la Candelaria es una celebración donde las familias se reúnen y donde los niños son los protagonistas. Las actividades infantiles, las atracciones de feria y los juegos populares aseguran que la diversión sea para todos. Las costumbres y peculiaridades de la Feria de la Candelaria en Benagalbón son lo que le dan a la fiesta su encanto único, lo que la diferencia y lo que hace que cada año más gente quiera conocer este pequeño tesoro de la Axarquía.
Guía esencial para tu visita
Si te animas a vivir la experiencia de la Feria de la Candelaria, aquí tienes algunos consejos prácticos para que tu visita sea inolvidable.
Alojamiento: Benagalbón es un pueblo pequeño, por lo que su oferta de alojamiento es limitada. Te recomiendo alojarte en el municipio de Rincón de la Victoria, que está a solo unos minutos en coche, o en la cercana capital, Málaga. Ambas ciudades ofrecen una gran variedad de hoteles y apartamentos turísticos, y están muy bien comunicadas con Benagalbón. Alojarte en Málaga te permitirá, además, disfrutar de la animada vida nocturna de la ciudad y de su rica oferta cultural.
Transporte: La forma más cómoda de llegar a Benagalbón es en coche. Si bien puede ser complicado encontrar aparcamiento en las calles cercanas a la iglesia, especialmente los días de mayor afluencia, hay parkings improvisados en los alrededores. Una opción práctica es aparcar en Rincón de la Victoria y utilizar el autobús local o un taxi. El transporte público desde Málaga hasta Rincón de la Victoria es excelente, con autobuses que circulan con regularidad.
Vestimenta: El mes de febrero en la provincia de Málaga puede ser fresco e incluso lluvioso, especialmente por las noches. Te recomiendo llevar ropa de abrigo, una chaqueta o un jersey, y un calzado cómodo para caminar por las calles del pueblo. Aunque la celebración es de carácter religioso, no es necesario un atuendo formal. La gente local viste de manera informal, reflejando el carácter cercano y familiar de la fiesta.
Gastronomía: La gastronomía de la Axarquía es una delicia. Durante la Feria de la Candelaria, no puedes dejar de probar los platos típicos de la temporada, como las migas, las gachas o los guisos de cuchara. Además, los bares y casetas del recinto ferial ofrecen la oportunidad de degustar el famoso «pescaíto frito» en sus diferentes variedades, como los boquerones, los calamares o los espetos de sardinas. Acompaña tus comidas con una cerveza bien fría o, si te sientes aventurero, con un vino de la tierra de Málaga. La oferta de bares y restaurantes en Rincón de la Victoria también es excelente.
Preguntas de los viajeros
¿Cuándo es la Feria de la Candelaria en Benagalbón?
La Feria de la Candelaria se celebra cada año en el mes de febrero, en fechas cercanas a su festividad, el día de la Presentación de Jesús en el Templo.
¿Qué es la procesión de las velas?
La procesión de las velas es un ritual en el que los fieles acompañan a la imagen de la Virgen de la Candelaria por las calles de Benagalbón, iluminando el recorrido con velas encendidas en sus manos. Es uno de los actos más emotivos de la celebración.
¿Es una fiesta familiar?
Sí, la Feria de la Candelaria es una fiesta con un marcado carácter familiar. Es un lugar perfecto para que las familias se reúnan y para que los niños disfruten de las actividades y atracciones infantiles.
¿Cómo llego a Benagalbón durante la feria?
Puedes llegar en coche, aunque el aparcamiento puede ser limitado. La forma más cómoda es tomar el autobús desde Rincón de la Victoria o desde Málaga, ya que hay líneas de transporte público que conectan con Benagalbón.
¿Qué tipo de comida se puede encontrar?
En la feria se pueden encontrar platos tradicionales de la gastronomía de la Axarquía, como las migas y los guisos de cuchara, además de los típicos platos de feria como el pescaíto frito y las frituras de marisco.
Enlaces y recursos
- Ayuntamiento de Rincón de la Victoria – Turismo
- Turismo de la Provincia de Málaga
- Programa de Fiestas: Tu guía de fiestas en España