La Encamisá de Torrejoncillo

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Una noche mágica entre jinetes y leyendas

Cuando cae la noche del 7 de diciembre en Torrejoncillo, las calles de este pueblo cacereño se transforman en un escenario donde la historia cobra vida. La Encamisá es mucho más que una fiesta: es un acto de fe, una tradición ancestral que ha sobrevivido generaciones y un espectáculo visual único en toda España. Imagina más de un centenar de jinetes envueltos en sábanas blancas, cabalgando por calles empedradas iluminadas solo por hogueras, mientras el estruendo de las escopetas resuena entre los edificios y los vítores a la Virgen de la Inmaculada llenan el ambiente de emoción.

Este pueblo de la provincia de Cáceres, situado en la comarca de Sierra de Gata, vive su momento más importante del año durante esta celebración declarada Fiesta de Interés Turístico Regional desde 1997. Cada año, la localidad recibe a más de 10.000 visitantes que acuden atraídos por la espectacularidad de esta procesión ecuestre sin igual. El aroma de los coquillos de miel, el sabor del aguardiente local y la calidez de sus gentes hacen que cualquiera que acuda a La Encamisá se sienta parte de algo especial, de una tradición que se niega a desaparecer en el tiempo.

Los torrejoncillanos preparan esta fiesta durante semanas. Las familias elaboran los dulces típicos, los jinetes ensayan sus recorridos, se adornan las sábanas con puntillas y encajes, y se preparan las escopetas que darán las salvas en honor a la Purísima. La expectación crece conforme se acerca la fecha, y cuando llega el momento, todo el pueblo sale a la calle para vivir una noche que no olvidarán hasta el año siguiente.

Origen e historia de las fiestas

El origen de La Encamisá de Torrejoncillo está envuelto en un halo de misterio y leyenda que la hace aún más fascinante. La versión más extendida y popular sitúa el nacimiento de esta tradición en la Batalla de Pavía de 1525, uno de los enfrentamientos más importantes de las guerras entre España y Francia durante el Renacimiento. Según cuenta la leyenda, el Capitán Alfonso de Ávalos, natural de Torrejoncillo, participó en aquella campaña italiana al servicio del ejército español.

La historia narra que, durante la batalla, el capitán torrejoncillano tuvo la brillante idea de camuflar a sus soldados cubriéndolos con sábanas blancas para hacerlos invisibles en un paisaje nevado. Esta ingeniosa estrategia permitió a las tropas españolas acercarse sin ser detectadas por el enemigo francés y lograr una victoria decisiva. Cuando los supervivientes regresaron a Torrejoncillo y contaron la hazaña, el pueblo decidió representar aquel episodio bélico como agradecimiento a la Virgen de la Inmaculada, a quien se habían encomendado antes de la batalla.

Sin embargo, los historiadores y estudiosos locales reconocen que el verdadero origen de La Encamisá es incierto y difícil de precisar. Algunas teorías alternativas sugieren que la tradición podría tener raíces incluso más antiguas, relacionadas con la Reconquista y las batallas por la recuperación de Cáceres. Lo que sí parece claro es que se trata de una celebración con siglos de antigüedad que ha sabido mantener viva su esencia.

A lo largo del siglo XX, la fiesta atravesó momentos delicados. Durante la década de los años 40, la figura del mayordomo —encargado de organizar y financiar la celebración— entró en declive debido a la carga económica que suponía. Fue entonces cuando surgieron los Paladines de la Encamisá, una asociación fundada para preservar y mantener viva esta tradición. Gracias a su labor, La Encamisá no solo sobrevivió, sino que se fortaleció y se consolidó como una de las fiestas más importantes de Extremadura.

Programa y calendario de celebraciones

La celebración de La Encamisá no se limita únicamente a la noche del 7 de diciembre. Durante los días previos, Torrejoncillo vive un ambiente festivo con múltiples actividades culturales, deportivas y religiosas que preparan a vecinos y visitantes para la gran noche. El programa varía cada año, pero incluye actos que ya son tradición:

Fecha Actividad
Días previos Talleres infantiles sobre la historia de La Encamisá en colegios, taller de vidrieras, actividades con mayores, pregón de fiestas y actos culturales en la Casa de Cultura.
Última semana de noviembre Novena en honor a la Inmaculada Concepción en la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol.
6 de diciembre (medianoche) Andar La Encamisá: recorrido nocturno y devocional del mismo itinerario que seguirá la procesión al día siguiente, rezando el rosario.
7 de diciembre (22:00h) Procesión de La Encamisá: salida del estandarte de la Inmaculada desde la Iglesia Parroquial. Jinetes encamisados, salvas de escopeta y hogueras en las plazas.
7 de diciembre (tras la procesión) Convite popular con coquillos, aguardiente y vinos locales en las diferentes plazuelas del pueblo.

El acto de «Andar La Encamisá» es uno de los momentos más emotivos y místicos de toda la celebración. A partir de la medianoche del 6 al 7 de diciembre, devotos y peregrinos recorren a pie el mismo trayecto que al día siguiente harán los jinetes, pero de forma silenciosa y rezando el rosario. Es un momento íntimo, de recogimiento y profunda religiosidad que contrasta con la explosión de emoción y color de la noche siguiente.

Descripción de las celebraciones principales

La procesión de La Encamisá comienza sobre las 22:00 horas de la noche del 7 de diciembre. Desde la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol sale el estandarte de la Virgen de la Inmaculada Concepción, portado con devoción y escoltado por más de cien jinetes ataviados con las características sábanas blancas adornadas con puntillas, encajes y bordados. Estos jinetes, conocidos como «encamisaos», forman una estampa impresionante bajo la luz de las hogueras que se encienden en cada plaza y esquina del recorrido.

El itinerario recorre las principales calles y plazas del casco urbano: Plaza Mayor, Barrio Nuevo, Plaza de la Encamisá, Saturnino Serrano, San Albín, Jenaro Ramos, Francisco Corcho, Antonio Sarmiento y Gabriel y Galán, antes de regresar nuevamente a la Plaza Mayor. En cada uno de estos puntos estratégicos, los jinetes realizan salvas de escopeta mientras el pueblo vitorea a la Virgen con piropos, vivas y cantos tradicionales. El estruendo de los disparos al aire, el olor a pólvora, el resplandor de las llamas y el movimiento coordinado de los caballos crean una atmósfera única, casi mágica.

Durante el recorrido, los mayordomos y los Paladines de la Encamisá distribuyen entre los asistentes los famosos coquillos —dulces típicos elaborados con harina, miel, anís, canela y naranja— junto con aguardiente y vino de pitarra. Es un momento de confraternización donde vecinos y visitantes comparten mesa, conversan y brindan en honor a la Inmaculada. Las plazuelas se convierten en puntos de encuentro donde la gastronomía, la música y las conversaciones se prolongan hasta altas horas de la madrugada.

Los caballos son parte fundamental de la fiesta. Muchos jinetes preparan a sus monturas durante meses, enseñándoles a soportar el ruido de las escopetas y el bullicio de la multitud. Las sábanas que cubren a los jinetes no son simples prendas, sino verdaderas obras de artesanía familiar que se heredan de generación en generación, adornadas con todo lujo de detalles.

Lugares de celebración y ambiente

Torrejoncillo es un pueblo con encanto situado al norte de la provincia de Cáceres, muy cerca de la frontera con Salamanca. Su casco histórico, con calles empedradas y casas tradicionales extremeñas, se convierte en el escenario perfecto para esta celebración de raíces medievales. El ambiente durante La Encamisá es indescriptible: una mezcla de fervor religioso, tradición popular, espectáculo visual y fiesta colectiva.

La Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol es el epicentro de la celebración. Construida entre los siglos XV y XVI, este templo de estilo gótico tardío alberga el estandarte de la Inmaculada que protagoniza la procesión. Su fachada de piedra y su torre campanario son testigos cada año del inicio de una noche que ningún torrejoncillano olvidará jamás.

La Plaza Mayor es otro de los escenarios principales. Aquí se concentra gran parte del público y es donde tiene lugar el momento más emotivo: cuando los jinetes encamisados realizan la última salva de escopetas antes de que el estandarte regrese a la iglesia. La plaza se llena de luz, de humo, de vítores y de emoción contenida.

Pero más allá de los lugares monumentales, lo que realmente hace especial a La Encamisá es el ambiente en las calles. Torrejoncillo se transforma. Cada rincón huele a leña quemada, a pólvora y a dulces caseros. Las hogueras iluminan rostros emocionados, familias enteras salen a las puertas de sus casas, los balcones se llenan de espectadores y la calidez humana se siente en cada esquina. Es una fiesta de pueblo en el mejor sentido de la palabra, donde lo importante no es el espectáculo en sí, sino el sentimiento de pertenencia y comunidad.

Curiosidades y tradiciones únicas

Una de las particularidades más llamativas de La Encamisá es que, a pesar de ser una procesión religiosa, tiene un componente festivo y casi teatral que la diferencia de otras celebraciones similares. Los jinetes no solo acompañan al estandarte: representan una historia, recrean una hazaña bélica y rinden homenaje a sus antepasados.

Los coquillos merecen mención aparte. Este dulce tradicional extremeño se elabora específicamente para La Encamisá y su receta se transmite de madres a hijas desde hace generaciones. Se trata de pequeñas rosquillas elaboradas con harina, huevo, aceite, anís, cáscara de naranja rallada, clavo y laurel, que después se fríen y se bañan en miel caliente. Su aroma inunda las casas torrejoncillanas durante los días previos a la fiesta, y su sabor es todo un símbolo de identidad local.

Otra curiosidad es la figura de los Paladines de la Encamisá, una asociación cultural sin ánimo de lucro que desde los años 40 se encarga de preservar, organizar y difundir esta tradición. Realizan una labor educativa impresionante, acudiendo a los colegios para enseñar a los niños la historia de la fiesta, organizando talleres y velando por que las nuevas generaciones sigan manteniendo viva esta celebración. Gracias a ellos, La Encamisá no solo se ha mantenido, sino que ha crecido en participación y relevancia.

El momento de «Andar La Encamisá» en la madrugada del 6 al 7 de diciembre es otro de esos actos que pocos visitantes conocen pero que los lugareños consideran tan importante como la procesión principal. Es un acto de fe pura, sin espectadores ni cámaras, solo devotos recorriendo en silencio y oscuridad el camino de la Virgen.

Además, Torrejoncillo ha iniciado los trámites para que La Encamisá sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, un reconocimiento que situaría esta celebración al nivel de otras grandes fiestas españolas y que supondría un impulso definitivo para su proyección y conservación.

Consejos prácticos para visitantes

Si estás pensando en visitar Torrejoncillo para vivir La Encamisá, aquí van algunos consejos que te ayudarán a disfrutar al máximo de la experiencia:

Alojamiento: Torrejoncillo es un pueblo pequeño, por lo que las opciones de alojamiento son limitadas. Te recomendamos reservar con la máxima antelación posible. Existen casas rurales, hostales y pensiones en el propio pueblo, pero también puedes buscar opciones en localidades cercanas como Coria, Moraleja o Plasencia, que están a menos de media hora en coche. Muchos visitantes optan incluso por alojarse en Salamanca capital, que está a unos 70 kilómetros.

Transporte: Lo ideal es llegar en coche propio, ya que el transporte público hasta Torrejoncillo es limitado. El pueblo está bien comunicado por carretera: se accede desde la A-66 (Autovía Ruta de la Plata) tomando la salida hacia la EX-205. Si vienes desde Cáceres, el trayecto dura aproximadamente una hora. Desde Salamanca, algo menos. Ten en cuenta que el centro del pueblo se colapsa durante la noche de La Encamisá, así que es conveniente llegar con tiempo y buscar aparcamiento en las zonas periféricas habilitadas para ello.

Vestimenta: Estamos hablando de una fiesta que se celebra en diciembre, en pleno invierno extremeño. Las temperaturas pueden ser muy bajas, especialmente de noche, así que abrígate bien. Lleva ropa de abrigo, bufanda, gorro y calzado cómodo e impermeable, ya que pasarás varias horas de pie en las calles. También es recomendable llevar algo de ropa que puedas manchar, porque entre el humo de las hogueras y el polvo levantado por los caballos, es inevitable ensuciarse un poco.

Gastronomía: No puedes irte de Torrejoncillo sin probar los coquillos, pero también te recomendamos degustar otros productos típicos de la zona como los embutidos ibéricos, el queso de cabra, el vino de pitarra, las migas extremeñas y los guisos de caza (especialmente el venado). Los bares y restaurantes del pueblo ofrecen menús especiales durante estas fechas. Además, durante la procesión, los mayordomos reparten coquillos y aguardiente de forma gratuita entre los asistentes.

Fotografía: La Encamisá es un espectáculo visual impresionante, así que no olvides tu cámara. Los mejores momentos para fotografiar son cuando los jinetes realizan las salvas en las plazas, con las hogueras de fondo y el humo de la pólvora creando una atmósfera casi onírica. Respeta siempre el desarrollo de la procesión y no entorpezcas el paso de los caballos.

Horarios: La procesión comienza sobre las 22:00 horas y se prolonga hasta altas horas de la madrugada. Si quieres vivir también el acto de «Andar La Encamisá», debes estar en la iglesia a las 00:00 horas del 7 de diciembre. Llega con tiempo para conseguir un buen sitio en alguna de las plazas del recorrido.

Preguntas frecuentes sobre La Encamisá de Torrejoncillo

¿Cuándo se celebra La Encamisá de Torrejoncillo?

La Encamisá se celebra cada año en la noche del 7 de diciembre, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción. El acto religioso de «Andar La Encamisá» tiene lugar en la madrugada del 6 al 7 de diciembre.

¿Qué significan las sábanas blancas que llevan los jinetes?

Las sábanas blancas que visten los jinetes, conocidos como «encamisaos», representan el camuflaje que según la leyenda utilizaron los soldados torrejoncillanos en la Batalla de Pavía para hacerse invisibles en la nieve y así lograr la victoria.

¿Es una fiesta apta para ir con niños?

Sí, La Encamisá es una fiesta familiar y los niños disfrutan mucho con el espectáculo de los caballos, las hogueras y los dulces. Eso sí, hay que tener precaución con las salvas de escopeta, que pueden asustar a los más pequeños, y vigilarlos siempre cerca de los caballos y las hogueras.

¿Qué son los coquillos?

Los coquillos son un dulce tradicional extremeño típico de Torrejoncillo, elaborado con harina, huevo, aceite, anís, naranja, clavo y laurel, frito y bañado en miel. Se preparan especialmente para La Encamisá y se reparten entre los asistentes durante la procesión.

¿Hace falta algún tipo de inscripción o entrada para asistir?

No, La Encamisá es un evento gratuito y abierto a todo el público. No hace falta ningún tipo de inscripción ni entrada. Simplemente acude al pueblo y disfruta de la fiesta en las calles.

¿Puedo participar como jinete en la procesión?

La participación como jinete está tradicionalmente reservada a los vecinos de Torrejoncillo y a aquellos que han establecido un vínculo especial con la fiesta. Si estás interesado, lo mejor es contactar con la asociación Paladines de la Encamisá a través de su página web oficial.

Enlaces de interés

Cartel La Encamisá de Torrejoncillo 2025

Programa De Fiestas

Programa La Encamisá de Torrejoncillo 2025

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