Fiesta del Estandarte en Palma de Mallorca
Momento de solemnidad y orgullo, la ciudad entera mira su pasado
Mientras en gran parte del mundo el 31 de diciembre se vive como una jornada de preparativos para las campanadas de fin de año, en Palma de Mallorca esta fecha tiene un significado muy diferente. Es el día en que la ciudad conmemora uno de los acontecimientos más trascendentes de su historia: la entrada de las tropas de Jaume I el Conquistador en la Madina Mayurqa musulmana en 1229, poniendo fin a más de tres siglos de dominio islámico y marcando el inicio de una nueva era para las Islas Baleares.
La Festa de l’Estendard es considerada una de las celebraciones cívicas más antiguas de Europa, con casi 800 años de tradición ininterrumpida. Cada 31 de diciembre, la Plaza de Cort, frente al Ayuntamiento de Palma, se convierte en escenario de un ritual que se repite desde el siglo XIII: el izado del Estandarte Real de la Conquista y la colocación de la cimera del Rey Martí, mientras suena el himno de Mallorca, La Balanguera. Es un momento de solemnidad y orgullo, en el que la ciudad entera se mira al espejo de su pasado.
La fiesta no se limita a un acto protocolario. Durante varios días, Palma celebra su historia con pregones, ofrendas florales, misa solemne en la Catedral, representaciones teatrales del poema medieval La Colcada, desfiles de cossiers (danzantes tradicionales), actuaciones de tamborileros y procesiones encabezadas por la Cofradía Balear de Cavallers de Sant Jordi. Todo ello envuelto en el peculiar contraste de celebrar la historia más arraigada justo cuando otros celebran el cambio de año.
El 31 de diciembre de 1229: el día que cambió Mallorca
Para entender el significado profundo de la Fiesta del Estandarte, es imprescindible retroceder hasta aquel invierno de 1229. Mallorca había estado bajo dominio musulmán desde el año 902, cuando los ejércitos del Emirato de Córdoba conquistaron la isla. Durante más de tres siglos, Mayurqa —como se conocía entonces a Palma— fue una próspera ciudad islámica, centro comercial del Mediterráneo occidental, con mezquitas, baños árabes, zocos y una avanzada cultura que dejó huella en la arquitectura, agricultura y toponimia de la isla.
Sin embargo, en el contexto de la Reconquista cristiana de la Península Ibérica, el rey Jaume I de Aragón, conocido como «el Conquistador», puso sus ojos en las Baleares. Las razones eran múltiples: controlar las rutas comerciales mediterráneas, frenar la piratería musulmana que asolaba las costas catalanas, y expandir los territorios de la Corona de Aragón. En septiembre de 1229, una flota de más de 150 naves y 15.000 hombres zarpó desde los puertos de Salou, Cambrils y Tarragona rumbo a Mallorca.
El desembarco tuvo lugar en la bahía de Santa Ponça el 10 de septiembre, y comenzó una campaña militar que duró tres meses. Las tropas cristianas avanzaron hacia la capital, Mayurqa, sitiándola y sometiéndola a un asedio implacable. Finalmente, el 31 de diciembre de 1229, las murallas fueron asaltadas y la ciudad cayó. Según la tradición, un soldado llamado Bernat de Santa Eugènia fue el primero en colocar el estandarte real en las murallas, señalando la victoria cristiana.
La conquista de Mallorca tuvo consecuencias profundas. La población musulmana fue expulsada o esclavizada, la isla se repobló con catalanes, aragoneses y occitanos, y se instauró un nuevo orden político, jurídico y religioso. La mezquita mayor se convirtió en catedral cristiana (hoy la espectacular Catedral de Mallorca), y se fundaron nuevas villas y parroquias. Aquel 31 de diciembre marcó el inicio de una nueva etapa histórica que perdura hasta hoy.
Cronología de los actos conmemorativos
La Festa de l’Estendard se extiende a lo largo de varios días, desde el 29 o 30 de diciembre hasta el 31. El programa puede variar ligeramente cada año, pero suele incluir los siguientes actos tradicionales:
Día | Hora | Acto |
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29 de diciembre | 13:00 h | Homenaje y ofrenda floral a la estatua ecuestre de Jaume I en la Plaza de España. |
30 de diciembre | 19:00 h | Salve solemne a la Virgen de la Salud en la Catedral. Actuación de la Capella de Ministrers de la Seu. |
30 de diciembre | 20:00 h | Pregón de las fiestas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, a cargo de una personalidad destacada de la cultura mallorquina. |
31 de diciembre | 10:00 h | Ceremonia de colocación del Estandarte Real y la Cimera en la Plaza de Cort. Acto institucional presidido por el alcalde de Palma. |
31 de diciembre | 10:30 h | Procesión desde la Plaza de Cort hasta la Catedral, con tamborileros, cossiers, la Cofradía de Sant Jordi y autoridades. |
31 de diciembre | 11:00 h | Misa solemne en la Catedral de Palma presidida por el obispo de Mallorca. |
31 de diciembre | 12:00 h | Representación de La Colcada, poema medieval de Pere d’Alcántara Penya, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento o en el patio. |
El momento más emblemático es sin duda la ceremonia de la Plaza de Cort. Autoridades municipales, representantes institucionales y cientos de ciudadanos se congregan frente a la fachada del Ayuntamiento, adornada con banderas y colgaduras. A las 10:00 horas en punto, el alcalde de Palma y los concejales, vestidos con traje formal y banda corporativa, proceden a colocar solemnemente el Estandarte Real (una réplica del original del siglo XIII) y la cimera (el emblema heráldico que coronaba el yelmo del Rey Martí el Humano) en un soporte instalado en el centro de la plaza. Mientras se iza el estandarte, suena La Balanguera, el himno oficial de Mallorca.
Vivir la tradición en las calles de Palma
La Festa de l’Estendard no es un evento turístico al uso, sino una celebración profundamente arraigada en la identidad mallorquina. Para los palmesanos, el 31 de diciembre es mucho más que la víspera de Año Nuevo: es el día en que la ciudad recuerda su historia, sus raíces y su singular carácter.
El ambiente en la Plaza de Cort la mañana del 31 es único. Familias enteras acuden con sus mejores galas —muchos vistiendo traje típico mallorquín— para presenciar la ceremonia. Hay un sentimiento de orgullo colectivo, de pertenencia a algo que trasciende lo individual. Los niños aprenden desde pequeños el significado de la fiesta, y no es raro ver a abuelos explicando a sus nietos quién fue Jaume I y por qué este día es tan importante.
La procesión hacia la Catedral es otro de los momentos culminantes. Encabezada por la policía montada, le siguen los Tamborers de la Sala (tamborileros municipales), los cossiers de Algaida y Montuïri (danzantes vestidos con trajes tradicionales que ejecutan danzas medievales), la Cofradía Balear de Cavallers de Sant Jordi (caballeros con armaduras ceremoniales), y finalmente las autoridades civiles y eclesiásticas. El cortejo recorre las calles del casco antiguo —Plaça de Cort, Carrer de Palau Reial, Carrer de l’Almudaina— hasta llegar a la Seu, donde se celebra la misa solemne.
Dentro de la Catedral, la misa adquiere un carácter especialmente solemne. Se canta el Te Deum de acción de gracias, se recuerda la figura de Jaume I como reconquistador cristiano, y se reflexiona sobre el significado histórico y espiritual de la fecha. El obispo de Mallorca preside la celebración, acompañado por el cabildo catedralicio y las autoridades.
Tras la misa, tiene lugar la representación de La Colcada, un poema épico escrito en 1865 por Pere d’Alcántara Penya que narra en verso los acontecimientos de la conquista. Actores y recitadores recrean pasajes del poema ante el público congregado en el Ayuntamiento, manteniendo viva la memoria literaria de aquel episodio histórico.
Símbolos y elementos distintivos de la celebración
El Estandarte Real de la Conquista es el símbolo por excelencia de la fiesta. Se trata de una réplica del estandarte que, según la tradición, portaban las tropas de Jaume I. Es un pendón cuadrado con los colores y emblemas de la Corona de Aragón: las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo (señal real catalana) y la cruz de San Jorge. Su colocación anual en la Plaza de Cort es el acto que da nombre a la fiesta.
La cimera del Rey Martí es otro elemento cargado de simbolismo. Se trata de una figura de dragón alado que se coloca junto al estandarte. Esta cimera perteneció al rey Martí I el Humano (1356-1410), último monarca de la dinastía barcelonesa de la Corona de Aragón. El dragón, símbolo de fuerza y vigilancia, representa la continuidad de la monarquía aragonesa sobre Mallorca.
Los cossiers son danzantes tradicionales que participan en muchas fiestas patronales de Mallorca. Visten trajes coloridos con cintas y cascabeles, y ejecutan danzas de origen medieval al ritmo de la xeremia (gaita mallorquina) y el tamboril. Su presencia en la Festa de l’Estendard conecta la celebración histórica con el folklore popular de la isla.
La Cofradía Balear de Cavallers de Sant Jordi, fundada en 1961, es una asociación cultural que participa en la procesión ataviada con armaduras medievales y portando estandartes y lanzas. Su función es mantener viva la memoria de los caballeros que participaron en la conquista y reivindicar la tradición caballeresca cristiana.
Particularidades que hacen única esta conmemoración
Una de las singularidades más llamativas de la Festa de l’Estendard es su fecha de celebración. Mientras el resto del mundo se prepara para la Nochevieja, los palmesanos dedican la mañana del 31 de diciembre a conmemorar su historia. Esto crea una especie de «doble celebración»: por la mañana, solemnidad histórica y religiosa; por la tarde-noche, fiesta de fin de año. Es un contraste muy característico que los palmesanos llevan con naturalidad.
Otro aspecto destacable es que esta fiesta fue declarada Bien de Interés Cultural y forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de España. Su antigüedad —casi 800 años de celebración ininterrumpida— la convierte en una de las fiestas cívicas más antiguas de Europa. Además, sirvió de modelo para otras celebraciones similares que se instauraron tras conquistas cristianas en Menorca, Ibiza, Valencia y hasta Nápoles.
La fiesta tiene también una dimensión identitaria compleja. Para muchos mallorquines, representa el orgullo por la historia y las raíces culturales de la isla, la conexión con la Corona de Aragón y el mundo catalán. Sin embargo, también ha generado debates sobre la memoria histórica, el colonialismo y la conquista, especialmente en un contexto de diversidad cultural y sensibilidad hacia el pasado musulmán de la isla. En cualquier caso, la Festa de l’Estendard sigue siendo una de las señas de identidad más potentes de Palma.
Consejos para disfrutar de la experiencia
Cómo llegar y moverse por Palma: El centro histórico de Palma es peatonal en gran parte. Si vienes de fuera, puedes aparcar en los parkings de pago cercanos (Parc de la Mar, Plaça Major, Arxiduc Lluís Salvador) o utilizar el transporte público. Los autobuses de la EMT conectan bien todos los barrios con el centro.
Horarios y puntualidad: Los actos del 31 de diciembre comienzan puntualmente a las 10:00 h en Plaza de Cort. Si quieres ver bien la ceremonia del estandarte, es recomendable llegar con al menos 20-30 minutos de antelación, ya que la plaza se llena de gente. La procesión hacia la Catedral comienza hacia las 10:30 h, y puedes seguirla a pie por las calles del casco antiguo.
Vestimenta adecuada: Aunque no es obligatorio, muchos palmesanos visten con elegancia para estos actos. Si vas a asistir a la misa en la Catedral, se agradece una vestimenta formal y respetuosa. Ten en cuenta que estamos en invierno, y aunque en Mallorca el clima es suave, puede hacer fresco por la mañana.
Fotografía y grabación: Está permitido fotografiar y grabar los actos públicos en la plaza y durante la procesión. Sin embargo, dentro de la Catedral se pide discreción y no usar flash durante la misa.
Combinar con Nochevieja: Si pasas el fin de año en Palma, puedes combinar perfectamente la asistencia a la Festa de l’Estendard por la mañana con las celebraciones de Nochevieja por la noche. En Palma no hay campanadas públicas en Plaza Mayor como en Madrid, pero muchos bares, restaurantes y hoteles organizan cenas y fiestas de fin de año.
Gastronomía local: Aprovecha para probar platos típicos mallorquines como la sobrasada, el tumbet, el frito mallorquín, el arròs brut, y por supuesto, la ensaimada. Muchos restaurantes del centro ofrecen menús especiales durante estos días.
Cuestiones habituales sobre esta tradición histórica
¿Por qué se celebra el 31 de diciembre?
Porque fue exactamente el 31 de diciembre de 1229 cuando las tropas de Jaume I entraron en la ciudad de Mayurqa tras tres meses de asedio, marcando la conquista cristiana de Mallorca. La fiesta conmemora la fecha histórica exacta de aquel acontecimiento.
¿Es una celebración religiosa o civil?
Es una fiesta cívico-religiosa. Tiene un fuerte componente histórico y patriótico (la conquista, la incorporación a la Corona de Aragón), pero también incluye actos religiosos importantes como la misa solemne en la Catedral y la salve a la Virgen de la Salud.
¿Pueden asistir turistas y visitantes?
Por supuesto. Todos los actos son públicos y gratuitos. De hecho, cada vez más visitantes acuden a Palma durante estas fechas atraídos por la singularidad de la fiesta. Es una oportunidad única para conocer la historia y la cultura mallorquina de primera mano.
¿Qué es La Colcada?
La Colcada es un poema épico escrito por Pere d’Alcántara Penya en 1865 que narra los acontecimientos de la conquista de Mallorca. Cada 31 de diciembre se representa en el Ayuntamiento, manteniendo viva la tradición literaria vinculada a la fiesta.
¿Toda Mallorca celebra esta fiesta?
La Festa de l’Estendard es específica de Palma, aunque su significado histórico es importante para toda Mallorca. Otros municipios de la isla celebran sus propias fiestas patronales en diferentes fechas del año.
¿Hay actividades para niños?
Los actos principales son ceremonias institucionales y religiosas que pueden resultar algo solemnes para los más pequeños. Sin embargo, muchos niños mallorquines asisten con sus familias y disfrutan viendo la procesión, los cossiers danzantes y los caballeros con armaduras. Es una forma de que aprendan su historia de manera vivencial.
Enlaces de interés
- Ayuntamiento de Palma (Información oficial)
- Catedral de Palma – La Seu
- Consell de Mallorca – Turismo
- Turismo de las Islas Baleares
- Ministerio de Cultura – Patrimonio Inmaterial