Fiesta del Vino Pagés en Sant Mateu d’Albarca

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Los secretos de la viticultura ibicenca

En pleno corazón del norte de Ibiza, lejos de las discotecas y la música electrónica que han hecho famosa a la isla, existe un pequeño pueblo que cada mes de diciembre se convierte en la capital del vino artesanal balear. Sant Mateu d’Albarca, una localidad de apenas 700 habitantes rodeada de campos de almendros, higueras y viñedos, celebra desde hace más de tres décadas la Festa del Vi Pagès, un encuentro único donde los productores locales presentan sus caldos caseros, elaborados según métodos tradicionales transmitidos de generación en generación.

Esta celebración, organizada por la Asociación de Vecinos de Sant Mateu con el apoyo del Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany, congrega cada año a miles de visitantes ávidos por descubrir los secretos de la viticultura ibicenca. Durante una tarde-noche de mediados de diciembre, la pista polideportiva del pueblo se transforma en un gran espacio de degustación donde conviven productores familiares, música tradicional en directo, danzas del ball pagès (baile campesino), sobrasada y butifarra a la brasa, y un ambiente de autenticidad que conecta con la Ibiza más profunda y desconocida.

El vi pagès —vino campesino o payés— es mucho más que una bebida en Ibiza: es un símbolo de identidad rural, un vínculo con la tierra y con la historia de la isla. Elaborado en pequeñas cantidades por familias que mantienen viva una tradición centenaria, este vino artesanal de variedades autóctonas como la Monastrell se está convirtiendo en un producto de culto entre amantes de la enología natural y los vinos sin etiqueta.

Las raíces vitivinícolas de una isla mediterránea

La historia del vino en Ibiza se remonta a tiempos antiguos. Los fenicios, que establecieron colonias en la isla alrededor del siglo VII a.C., trajeron consigo el cultivo de la vid y las técnicas de vinificación mediterránea. Durante la época romana, Ibiza —entonces llamada Ebusus— exportaba vino y otros productos agrícolas a través del Mediterráneo. Las ánforas encontradas en yacimientos arqueológicos submarinos demuestran la importancia comercial de este producto.

Durante la dominación musulmana (siglos X-XIII), la producción de vino disminuyó drásticamente por las prohibiciones religiosas del Islam. Sin embargo, tras la conquista cristiana catalana en 1235, la viticultura resurgió con fuerza. Los campesinos ibicencos cultivaban viñedos en pequeñas parcelas entre almendros y algarrobos, produciendo vino principalmente para autoconsumo familiar y para vender en los mercados locales.

Durante los siglos XVIII y XIX, la viticultura ibicenca vivió su época dorada. Prácticamente cada familia rural poseía su pequeño viñedo y elaboraba su propio vino en las cellers (bodegas) familiares. Sant Mateu d’Albarca, situado en una zona de suelos arcillosos y clima favorable, se convirtió en uno de los principales núcleos productores de la isla. El vino se guardaba en tinajas de barro, toneles de madera o en las características porrón de vidrio.

Sin embargo, en el siglo XX, la llegada del turismo masivo y la transformación económica de Ibiza provocaron el abandono progresivo de la agricultura tradicional. Los viñedos fueron sustituidos por construcciones turísticas, y muchas familias dejaron de elaborar vino. Fue entonces, en los años 90, cuando un grupo de vecinos de Sant Mateu decidió recuperar esta tradición y crear la Festa del Vi Pagès, un evento que rendiría homenaje al legado vitivinícola de la isla y que daría visibilidad a los pocos productores que mantenían viva la llama del vi pagès.

Calendario de la celebración

La Festa del Vi Pagès se celebra cada año a mediados de diciembre, generalmente el segundo o tercer fin de semana del mes. La fecha no es casual: coincide con el momento en que los vinos de la nueva cosecha ya están listos para ser catados tras los meses de fermentación y maduración en las bodegas familiares.

Horario Actividad
17:00 h Apertura de la fiesta en la pista polideportiva de Sant Mateu. Los productores montan sus puestos de cata con botellas, garrafas y porrones de vi pagès. Comienza la degustación gratuita para todos los asistentes.
17:30 – 19:00 h Actuación de Sa Colla d’Aubarca, grupo de danza tradicional ibicenca. Exhibición de ball pagès con trajes típicos. Los asistentes pueden unirse a las danzas.
18:00 – 22:00 h Servicio de barbacoas con sobrasada, butifarra, chorizo y carne a la brasa. Venta de bocadillos, quesos artesanales ibicencos y otros productos locales. Música en directo con artistas locales (cantautores, grupos de folk mediterráneo).
20:00 – 23:00 h Continúa la cata de vinos. Ambiente festivo con música, conversaciones y confraternización entre productores y visitantes. Algunos años se organizan charlas sobre viticultura sostenible o mesas redondas con enólogos.
23:00 h Cierre progresivo de la fiesta. Muchos asistentes continúan la velada en los bares del pueblo o en casas particulares siguiendo la tradición de las vetlades (reuniones nocturnas).

La entrada a la fiesta es completamente gratuita, así como la degustación de vinos. Los productores ofrecen sus caldos generosamente en vasos de plástico o en los tradicionales porrones de vidrio que van pasando de mano en mano. No se trata de una feria comercial donde se venden botellas (aunque algunos productores sí llevan algo para vender), sino de un acto de celebración comunitaria donde lo importante es compartir, disfrutar y preservar la tradición.

Los vinos que se pueden catar son muy variados: desde tintos robustos de Monastrell envejecidos en tinajas de barro, hasta blancos frescos elaborados con Malvasía, pasando por rosados afrutados y hasta algunos vinos dulces de postre. Cada productor tiene su propio estilo, sus secretos de elaboración y sus particularidades. No es raro encontrar vinos con más de 15 grados de alcohol, producto de la maduración intensa de las uvas bajo el sol mediterráneo.

Una experiencia auténtica entre viñedos y tradiciones

Asistir a la Festa del Vi Pagès es sumergirse en la Ibiza más auténtica, la que pocos turistas conocen. Sant Mateu d’Albarca es un pueblo pequeño y tranquilo, con casas blancas de arquitectura tradicional, una iglesia fortificada del siglo XVIII y apenas un puñado de calles empedradas. No hay hoteles de lujo ni chiringuitos de playa: aquí la vida transcurre al ritmo pausado del campo mediterráneo.

El ambiente durante la fiesta es festivo pero relajado. Las familias locales acuden con sus hijos, los productores de vino charlan animadamente con los visitantes explicando las características de sus caldos, los grupos de danza tradicional visten los espectaculares trajes campesinos ibicencos —las mujeres con faldas multicolor, delantales bordados y joyas de oro; los hombres con pantalones bombachos, fajas y sombreros— y ejecutan las coreografías ancestrales del ball pagès.

La música en directo es otro de los atractivos. Suelen actuar cantautores locales, grupos de folk mediterráneo y artistas comprometidos con la recuperación de la cultura tradicional ibicenca. Las canciones hablan de la tierra, del mar, del amor y del trabajo en el campo. Es música que conecta emocionalmente con las raíces de la isla.

Y por supuesto, está la gastronomía. Las barbacoas funcionan sin parar durante toda la tarde-noche. El olor de la sobrasada —embutido típico balear elaborado con carne de cerdo, pimentón y especias— asándose al fuego es irresistible. También se asan butifarras (salchichas frescas), chorizos y carne de cordero. Los bocadillos se acompañan con pan payés recién horneado, y muchos visitantes compran también quesos artesanales de Ibiza, aceitunas aliñadas y otros productos locales que venden en puestos auxiliares.

El pueblo que respira tradición vinícola

Sant Mateu d’Albarca está situado en el municipio de Sant Antoni de Portmany, en el norte de Ibiza. Rodeado por un paisaje de colinas suaves, campos de cultivo y bosques de pinos y sabinas, el pueblo conserva intacto su carácter rural. A diferencia de las zonas costeras masificadas, aquí el tiempo parece haberse detenido.

La iglesia de Sant Mateu, construida en el siglo XVIII, es el centro neurálgico del pueblo. Su arquitectura fortificada, típica de las iglesias rurales ibicencas, recuerda los tiempos en que estos templos servían también como refugio ante los ataques piratas. En septiembre, el pueblo celebra sus fiestas patronales en honor a San Mateo, que también incluyen degustaciones de vino y actos tradicionales.

En los alrededores de Sant Mateu se encuentran algunas de las pocas bodegas modernas de Ibiza que han apostado por profesionalizar la producción vinícola insular. Pequeñas empresas familiares como Can Rich de Buscastell o Sa Cova han rescatado viñedos antiguos, replantado variedades autóctonas y comenzado a embotellar vinos con Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ibiza. Estas bodegas ofrecen visitas y catas durante todo el año, convirtiéndose en destinos de enoturismo cada vez más solicitados.

La zona norte de Ibiza, donde se ubica Sant Mateu, es también rica en recursos naturales y culturales. Cerca del pueblo puedes visitar la Cova de Can Marçà, una cueva con impresionantes formaciones de estalactitas; las calas vírgenes de Cala Xarraca y Cala d’Albarca; o los paisajes protegidos del Parc Natural de Ses Salines.

Aspectos singulares de esta tradición recuperada

Una de las características más especiales de la Festa del Vi Pagès es su carácter no comercial. A diferencia de muchas ferias de vino donde el objetivo principal es la venta, aquí lo que prima es la celebración, el compartir y la preservación de la tradición. Los productores no buscan enriquecerse, sino dar a conocer su trabajo artesanal y mantener viva una cultura que estuvo a punto de desaparecer.

Otro aspecto destacable es la diversidad de los vinos. No encontrarás etiquetas sofisticadas ni botellas de diseño: el vi pagès se presenta en garrafas de plástico, damajuanas de vidrio o botellas reutilizadas. Lo que importa es el contenido, no el continente. Cada productor tiene su propio método: algunos fermentan en tinajas de barro enterradas, otros en barriles de roble, algunos utilizan levaduras naturales y otros no filtran ni clarifican. Es enología natural en estado puro.

La fiesta ha contribuido también a la recuperación de variedades de uva autóctonas que estaban en peligro de extinción. La Monastrell es la variedad tinta por excelencia de las Pitiusas, perfectamente adaptada al clima seco y a los suelos pobres de Ibiza. También se cultiva Malvasía, Macabeo y algunas cepas antiguas cuyo nombre popular se ha perdido pero que los payeses siguen cultivando por tradición familiar.

Además, la Festa del Vi Pagès ha servido de inspiración para otros eventos similares en Ibiza y Formentera. Cada vez más pueblos organizan ferias gastronómicas y agrícolas que ponen en valor los productos locales y las tradiciones campesinas, contribuyendo a diversificar la oferta turística de las islas más allá del modelo de sol y playa.

Guía práctica para disfrutar del vi pagès

Cómo llegar a Sant Mateu: El pueblo está situado a unos 20 km al norte de Ibiza ciudad y a 8 km de Sant Antoni. La mejor forma de llegar es en coche de alquiler o propio, ya que las conexiones de transporte público son limitadas. Desde Ibiza, toma la carretera hacia Sant Antoni (PM-803) y luego la desviación hacia Sant Mateu (PM-811). Hay aparcamiento gratuito en las inmediaciones del polideportivo.

Transporte alternativo: Si prefieres no conducir (recuerda que vas a catar vino), puedes contratar un taxi compartido desde Sant Antoni o Ibiza, o unirte a alguna de las excursiones organizadas que ofrecen agencias turísticas especializadas en turismo rural durante esas fechas.

Alojamiento cercano: Sant Mateu no tiene hoteles, pero en Sant Antoni (a 10 minutos en coche) encontrarás todo tipo de alojamientos. También puedes buscar agroturismos y casas rurales en la zona norte de Ibiza, que ofrecen una experiencia más auténtica y tranquila.

Qué llevar: Diciembre en Ibiza es suave (temperaturas entre 12 y 18 grados), pero puede refrescar al anochecer, especialmente en el interior de la isla. Lleva ropa de abrigo ligera: chaqueta, jersey y calzado cerrado cómodo. La fiesta es al aire libre en la pista polideportiva, así que también es recomendable llevar algo impermeable por si llueve.

Comprar vi pagès: Aunque la degustación es gratuita, algunos productores llevan vino para vender (generalmente entre 5-10€ la garrafa de litro y medio). Si te gusta algún vino en particular, pregunta al productor si tiene más para vender o si puedes visitarlo en su finca. Muchos estarán encantados de recibir visitas y mostrarte su bodega casera.

Otros productos locales: Aprovecha para comprar aceite de oliva virgen extra de Ibiza, hierbas ibicencas (licor tradicional), sal de Ses Salines, miel artesanal y quesos payeses. Son productos de altísima calidad que no suelen encontrarse fuera de la isla.

Respuestas a consultas habituales

¿Qué es exactamente el vi pagès?

El vi pagès (vino campesino o payés) es vino artesanal elaborado por familias ibicencas en pequeñas cantidades, principalmente para autoconsumo, siguiendo métodos tradicionales transmitidos de generación en generación. Se elabora principalmente con uva Monastrell y suele ser tinto, aunque también hay blancos y rosados.

¿Cuándo se celebra exactamente la fiesta?

La Festa del Vi Pagès se celebra cada año a mediados de diciembre, generalmente el segundo o tercer fin de semana del mes. La fecha exacta varía cada año, por lo que es recomendable consultar la web del Ayuntamiento de Sant Antoni o las redes sociales de la Asociación de Vecinos de Sant Mateu.

¿Hay que pagar entrada?

No, la entrada es completamente gratuita, al igual que la degustación de vinos. Solo pagas si quieres comer (bocadillos, embutidos a la brasa) o si decides comprar alguna garrafa de vino o productos locales.

¿Puedo ir con niños?

Sí, es una fiesta totalmente familiar y apta para todos los públicos. Los niños disfrutan del ambiente festivo, las actuaciones de danza tradicional, los pasacalles musicales y, por supuesto, de los bocadillos y dulces. Obviamente, la cata de vinos es solo para adultos.

¿Se puede visitar alguna bodega en Sant Mateu?

En el propio pueblo no hay bodegas comerciales abiertas al público de forma regular, pero en los alrededores (municipio de Sant Antoni y Buscastell) hay algunas bodegas modernas que ofrecen visitas guiadas y catas concertadas durante todo el año. Es recomendable reservar con antelación.

¿Qué diferencia hay entre el vi pagès y los vinos embotellados de Ibiza?

El vi pagès es artesanal, sin etiquetar, elaborado en cantidades muy pequeñas por familias para autoconsumo. Los vinos embotellados con IGP Ibiza son producidos por bodegas profesionales, siguen controles de calidad estrictos, están certificados y se comercializan. Ambos tienen su encanto y calidad, pero representan dos formas diferentes de entender la viticultura.

Enlaces de interés

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